Hábitats

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Desde el punto de vista geológico, el Montgó pertenece a la última unidad de la cordillera Pre-bética que acaba en el mismo cabo de San Antonio. Los materiales que se pueden observar tienen una edad comprendida entre los 70 millones de años del cretácico inferior y los más modernos entre 5 y 10 millones de años de las últimas etapas del cuaternario. Es precisamente lo relevante de su estatigrafía lo que ha hecho que el Montgó sea considerado como Lugar de Interés Geológico (GEOSITE).

El Montgó surgió a partir de las impresionantes fuerzas que se produjeron al encontrarse dos placas continentales: la africana y la europea. Su estructura se debe a una suave flexión sinclinal, un poco volcada al norte y truncada por dos fallas, una en el norte (Dénia) y otra en el sur (Xàbia) de fuerte desplazamiento vertical y orientación aproximada este-oeste. Se trata por tanto, de un relieve estructural invertido, de tipo sinclinal en la cima, y elevado tectónicamente en su conjunto por las dos fallas indicadas. 

Los agentes erosivos: viento, lluvia, olas, nieve... actuando sobre los diferentes tipos de roca que lo forman, con diversas características litológicas, han ido esculpiendo la morfología que hoy podemos ver. Además la naturaleza caliza de la roca favorece la formación de multitud de cuevas, abrigos, lapiaces... etc. debidas a fenómenos de Karstificación (disolución de las rocas calcáreas por parte del agua).

Destacan por su espectacularidad, los acantilados que se precipitan desde las planas del cabo de San Antonio, modelados por la constante erosión del mar contra las duras rocas que forma estos bruscos e impresionantes cortados. Son reflejo de la incesante lucha entre las fuerzas de la naturaleza: mar y montaña, como dos titanes enzarzados en un continuo desafío, que devuelve al ser humano a la escala insignificante que ocupamos en la naturaleza, y de la que nos hacemos conscientes en la tranquila contemplación de estos magníficos paisajes.

 

En lo que al clima se refiere, el extremo oriental de las sierras béticas marca la divisoria climática de dos variantes diferenciadas del clima mediterraneo occidental, al que pertenece la totalidad del territorio valenciano. Así, el Parque Natural del Montgó estaría incluido en un sector con "clima de la llanura litoral lluviosa" caracterizado por una notable pluviometría, con un a media de 750 mm. anuales - aunque puede haber años de más de 1000 l/m2 - con un pico de precipitaciones máximo otoñal entre septiembre y noviembre, y un periodo de fuerte sequia estival; si bien hacia el sur se pasa rápidamente al "clima del extremo meridional", el más árido de todo el territorio valenciano. Nos encontramos por tanto en una zona de transición climática.

Es importante también el efecto de criptoprecipitación (precipitaciones ocultas) que se da en la zona de la cumbre, muy abundantes debido a la habitual presencia de nubes. Estas se forman cuando el aire húmedo procedente del Mediterráneo asciende hacia la cima del Montgó y, debido a las temperaturas más bajas que allí se dan, condensa el agua sobre la vegetación y el suelo.

En resumen, también el clima viene a reflejar la dualidad que se repite y acompaña al Montgó en todo momento: mar y montaña en una relación milenaria que origina estos parajes rebosantes de vida.