Vegetación pascícola y arbustiva - PN Penyal d'Ifac
suscríbete y consulta
Vegetación pascícola y arbustiva
Al margen de la flora rupícola, ligada al medio rocoso, en las zonas en las que el desarrollo y espesor del suelo lo permite prospera otro tipo de vegetación que va desde el pastizal al matorral, dotando grandes zonas del Parque de una mayor cobertura. En este caso van a ser el clima, la orientación, con una mayor o menor insolación asociada, la naturaleza caliza del suelo y su profundidad, los factores determinantes a la hora de encontrar unas u otras especies.
Se pueden reconocer las siguientes comunidades:
-
Los pastizales, formados por gramíneas vivaces duras, de porte elevado, que se desarrollan sobre suelos evolucionados. En laderas con fuertes pendientes y repisas de acantilados encontramos espartales dominados por el esparto (Stipa tenacissima). En estos mismos biotopos, pero sobre suelos margosos mucho más compactos y ocupando cubetas y taludes, encontramos albardinares, comunidades de mediana talla en los que domina el albardín (Lygeum spartum). Por último, alternando con romerales, encontramos lastonares de mediana talla y elevada cobertura dominados por el lastón (Brachypodium retusum).
-
La garriga, matorrales de pequeña talla (romerales, tomillares....) caracterizados por la presencia de especies como el romero (Rosmarinus officinalis), el tomillo (Thymus vulgaris y T. aestivus), la lavanda dentada (Lavandula dentata), la coronilla de hoja fina (Coronilla juncea), la albaida (Anthyllis cytisoides), las estepas blanca (Cistus albidus) y negra (Cistus monspeliensis).
-
La maquia, formación arbustiva de elevado porte, constituida por matorrales esclerófilos capaces de ocupar suelos poco profundos y con déficit hídrico. Las especies dominantes van a ser el lentisco (Pistacia lentiscus), el bayón (Osyris lanceolata), el palmito (Chamaerops humilis), el aladierno (Rhamnus alaternus) y la sabina negra (Juniperus phoenicea), con predominio de unas u otras en función de la altura y acompañadas por el pino carrasco (Pinus halepensis) cuando la profundidad del suelo lo permite.